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Fotografía Documental

Se dice que toda fotografía es documental ya que, en un sentido estricto, toda imagen representa y congela un momento de la realidad.

Ahora bien, cuando nos referimos a  Fotografía Documental como género, estamos hablando de mucho más que una imagen con un fin meramente estético o descriptivo.

En varias ocasiones se confunde la fotografía documental y el Fotoperiodismo, los cuales si bien se alimentan mutuamente,  lo cierto es que no son lo mismo.

El Fotoperiodismo busca la novedad, busca retratar una noticia y lograr un impacto en el espectador. No nos ofrece información sobre los acontecimientos anteriores ni posteriores al evento en sí mismo.

En cambio la Fotografía Documental va mucho más allá,  busca retratar una realidad en un período dado. Esto puede llevar días, semanas o incluso meses. De hecho existen trabajos documentales en los cuales los autores trabajan durante años.

Un Poco de Historia…

Se podría decir que junto al nacimiento de la fotografía en el siglo XIX, nace la Fotografía Documental. Desde sus orígenes esta ha tenido una íntima relación con lo social.

A lo largo de la historia, hombres y mujeres en todo el mundo han denunciado injusticias y desigualdades sociales. Con la comercialización de las primeras cámaras fotográficas, aquellos pioneros se dieron cuenta de las enormes posibilidades que esta herramienta les ofrecía.

En 1890 Jacob Riis publica un libro en el que compila fotografías donde muestra las pésimas condiciones de vida de los inmigrantes en Nueva York. El éxito de su trabajo llamó la atención de personajes políticos, lo cual trajo como consecuencia profundos cambios sociales que terminaron impactando positivamente en la calidad de vida de esos ciudadanos.

Algunos años más tarde, Lewis Hine toma fotografías de niños en fábricas, campos y minas, exponiendo la realidad del trabajo infantil ante la opinión pública.

Al final de  la Primera Guerra Mundial, la Cruz Roja lo contrata para documentar las consecuencias de la guerra en Europa. Este trabajo ayudó a dicha organización a darse a conocer y facilitó así la obtención de ayuda económica que durante mucho tiempo le costó conseguir.

La lista sigue, pasando por nombres de muchos fotógrafos de distintas décadas, hasta llegar a los referentes contemporáneos.

Si bien hemos visto cómo la fotografía Documental guarda estrecha relación con lo social, esto no significa que otros tipos de trabajos que no estén relacionados con dicha temática no puedan considerarse como tal.

A través de las imágenes se narra una historia. Se relatan hechos que, si no fuera porque son registrados en imágenes, quedarían en el olvido.

Las historias están ahí esperando ser narradas, pero el fotógrafo tiene que querer contarlas. Es por esto que no logrará separarse totalmente de ellas. No se puede ser totalmente objetivo. La temática que el fotógrafo elija abordar tiene que importarle, tiene que movilizarlo. No se puede trabajar desde la neutralidad; el primer afectado por la historia será él mismo.

El objetivo de este post es abrirte una nueva posibilidad dentro del apasionante mundo de la fotografía.  Lo importante es que encuentres un tema que te mueva y en el cual quieras trabajar.

Tal vez al mirar las fotos de Jacov Riis, Sebastián Salgado o Steve McCurry, pienses que tengas que viajar al otro lado del mundo para lograr un buen trabajo. Pero esto no es así. No necesitas ir a una ciudad devastada por la una guerra, o convivir con una tribu en el Amazonas para lograr un buen trabajo documental. Comienza en tu propia ciudad, habla con tus amigos, con tus vecinos, contacta una ONG que te pueda vincular con lo que deseas trabajar. Estoy seguro que te sorprenderán las historias que podrías narrar buscando en tu propio entorno.

Comienza ya a trabajar tu proyecto documental. Descarga esta Guía de Fotografía Documental que te ayudará a planificar todos los detalles. Tu cámara te está esperando.

¡A trabajar!

                                                                                                                                                                       Autor: Andrés Gorlo



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